
Gestión de los residuos sólidos urbanos
Gestión de los residuos sólidos urbanos RSU
Las basuras domésticas producidas en los países desarrollados son muy grandes. La composición de los RSU es heterogénea, predominando los restos orgánicos, el papel y el cartón. La gestión de los residuos tiene 3 fases: recogida, transporte y tratamiento.
– La recogida es la carga de los residuos (depositados en cubos de basura, contenedores) en los vehículos destinados a su transporte.
– El transporte incluye el desplazamiento de los residuos a su punto de destino y su descarga.
Los puntos de destino pueden ser vertederos, incineradoras, fábricas de compost, el mar.
– El tratamiento es el conjunto de operaciones para eliminar los residuos (vertederos controlados, vertidos al mar, incineradoras) en su punto de destino final o para recuperar productos aprovechables (reciclado, fabricación de compost, biogás, obtención de energía).
Los vertederos controlados son instalaciones al aire libre convenientemente acondicionadas para depositar los RSU y cubrirlos con tierra.
Los residuos se van extendiendo por el terreno en capas de poco grosor, se compactan para disminuir su volumen y cada capa se recubre con tierra, sobre la que se repite el mismo proceso hasta la ocupación total del vertedero (período de funcionamiento limitado).
Un vertedero controlado exige unos estudios hidrogeológicos previos (impermeabilidad del terreno fundamentalmente) y de diseño técnico para impedir la percolación de los lixiviados (sustancias arrastradas por el agua que se infiltra a través de la tierra) a las capas freáticas, facilitar la salida de gases producidos por la fermentación, limitar ruidos, malos olores, formación de polvo o humos, y evitar la proliferación de roedores e insectos.
En España hay un gran número de vertederos incontrolados e ilegales, los cuales producen un serio impacto ambiental.
La incineración consiste en la combustión controlada de los residuos. Con este sistema se disminuye el volumen de los residuos en un 90% y se puede obtener secundariamente energía calórica aprovechable directamente (calefacciones) o para la producción de energía eléctrica.
Es el mejor método que existe actualmente para eliminar residuos, pero presenta numerosos inconvenientes sobre todo la contaminación atmosférica (traslada el problema de la contaminación a la atmósfera) debida no sólo a los óxidos producidos en toda combustión (CO2, NO, SO2), sino también muchas sustancias tóxicas variadas por ejemplo muchos plásticos desprenden cloro y otros halógenos y compuestos halogenados como HCl (ácido clorhídrico), también dioxinas y furanos, para evitar el vertido a la atmósfera de estos tipos de tóxicos, la incineradora debe controlar el tipo de basura recibida y la combustión debe realizarse a una temperatura entre 800 y 1.000 ºC.
Otro inconveniente sería la producción de grandes cantidades de cenizas y escorias que deben llevarse a un vertedero.
Unas variantes de la incineración son la pirólisis y la pirofusión. La pirólisis es la descomposición de las materias orgánicas de las basuras (principalmente plásticos) a altas temperaturas (entre 550 y 1.000 ºC) en ausencia de oxígeno.
Es un proceso de destilación anaeróbica en la que se obtienen combustibles como coque, alquitrán, aceites ligeros, ácidos orgánicos, alcoholes orgánicos y gases inertes.
Otra variante es la pirofusión que es un sistema que utiliza la pirólisis y la fusión de los residuos sólidos, incluidos los no combustibles, a temperaturas que llegan a los 1.600 ºC.
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