Cuanto mayor sea el número de individuos, más recursos serán necesarios. El consumo de esos recursos provoca alteraciones del medio ambiente y contaminación, con la consiguiente formación de ingentes cantidades de residuos.
En los países subdesarrollados la población humana se comporta como una superpoblación de individuos que gastan recursos mientras que los desarrollados se comportan como superpoblación de consumo, ya que un individuo de un país desarrollado consume unas 18 veces más recursos que uno de un país subdesarrollado, pero como en los países subdesarrollados (aunque gastan menos recursos los individuos) hay una mayor población producen también un gran consumo de recursos.
Debido a que la población humana tiene un crecimiento exponencial, el consumo de recursos y sus consecuencias medioambientales aumentan también en gran medida.
Actualmente, el país más poblado del planeta, China, se está desarrollando a gran velocidad por lo que se prevé un aumento mucho mayor del consumo de recursos por individuo en la población china, con los consecuentes impactos ambientales que ello creará.